Mis comienzos: de espectadora a creadora de contenido

No me considero influencer, ni youtuber, ni tiktoker, y mucho menos "instagramer". No porque me falte cámara, anillos de luz o ego (que de eso sobra en redes), sino porque —al menos por ahora— no vivo de ninguna red social. Me considero creadora de contenido. Así, sin florituras. Porque lo mío empezó mucho antes de que ser "creador" se pusiera de moda y se usara como etiqueta con filtro.

Yo era de las que consumía YouTube como si fueran capítulos de una serie. Me enganchaban los vlogs de maternidad, seguía a Verdeliss y otras creadoras que mostraban sus días reales, sin tanto maquillaje (ni literal ni figurado). Me sentía reflejada, acompañada.

Cuando me quedé embarazada de Éric, empecé a buscar aún más contenido, conectando con otras historias. Pero fue con Aria cuando decidí compartir la mía, bajo el nombre de Mamaxtriplicado. Después de dos cesáreas, quise contar cómo conseguí un parto natural con Éric, y de ahí surgieron los primeros vlogs familiares. No era constante, tampoco mi vida lo era. Vivía una relación difícil, con altibajos que se notaban en mi estado de ánimo… y claro, en el contenido.

Con los años, seguí grabando, sin filtros ni pretensiones. En 2020, al nacer Estefanía, cambié el nombre del canal a MamaVlogger, porque ya éramos familia numerosa (y sí, el caos se multiplica). En 2022, empecé con las compras semanales en YouTube. Instagram era simplemente un reflejo del día a día: fotos, historias, cero postureo y nada de estrategia. Puro momento.

En 2023, me animé a los directos en TikTok mientras cocinaba. Al principio, con vergüenza. ¿Y si nadie entraba? ¿Y si me quedaba hablando sola como una tonta? Pero poco a poco le fui perdiendo el miedo. El crecimiento llegó de forma orgánica, sin forzar nada. En 2024, empezaron a escribirme marcas interesadas en colaborar… y ahí supe que algo estaba haciendo bien.

Desde ese momento, mi enfoque cambió: empecé a crear con la intención de llegar más lejos, pero sin perder mi filosofía de siempre: la transparencia. Siempre he querido que mi comunidad confíe en que lo que recomiendo lo hago porque lo creo, no porque me lo regalen o lo promocionen. No maquillo mi opinión, y si una marca no encaja conmigo o con mis valores, simplemente no colaboro. Porque si no me convence a mí, no voy a vendértelo a ti.

Eso es algo que siempre he valorado, y sé que mi comunidad también. Por eso, he creado la pestaña Mis Colaboraciones, donde puedes ver todas las marcas con las que he trabajado, con fotos, videos y enlaces al contenido. Así puedes conocer no solo mi recorrido, sino cómo se refleja esa autenticidad en cada colaboración. Porque aquí, más que vender, se trata de compartir lo mejor… de verdad.